Aún no me he recuperado de la noche del miércoles. Madre mía, cómo nos lo pasamos. A todos aquellos que no pudieron ir, os diré que no os perdonaré si también os perdéis la siguiente reunión, sea cuando sea. Bueno, lo de "reunión" es más bien un formalismo. En realidad, eramos un grupo de amigos, reunidos en un bar ("El Gato con Botas", para más señas), con mucha comida, mucha bebida y muchísimas ganas de pasarlo bien. Espero tener tiempo para escribir un buen artículo este fin de semana, sobre lo que hicimos ese miércoles, pero os puedo jurar que pocas veces tendremos la ocasión de pasarlo tan bien. A la derecha tenéis una fotografía (enviada por nuestro amigo Beregond) en la que salimos casi todos, aunque no se nos ve muy bien. Pronto tendremos más fotografías, con las que ambientaré ese reportaje. Antes de que se me olvide, os diré lo mismo que dije aquella noche, cuando me preguntaron cómo me sentía, al ser el "culpable" de esa reunión. A riesgo de pecar de grosero, diré que estaba "babeando". Más "finamente": Estaba muy emocionado, y lo sigo estando. Sois todos unos fenómenos.
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